CRÓNICA OCTUBRE 2019 -Slam Poetry Ciudad Real-
La noche de todas las almas
En vísperas de Halloween (All hallows evening), arrancamos la 9ª temporada de Slam Poetry Ciudad Real, en la misma casa del curso pasado: la tetería Pachamama. No obstante, preparamos algunas novedades que os iremos relatando... (risa malévola). Tras los nervios y la incertidumbre de todo comienzo, desterramos esos fantasmas para entregarnos en carne y alma una noche más.
Como primera invitada tuvimos el placer de reencontrarnos con Cristina Indira, representante por Granada en el nacional hace 3 años, edición de la que fuimos sede. Cristina apareció destilando humildad y fuerza a partes iguales, envuelta en un rojo manto de lirismo, cual heroína del escenario.
Comenzó hablando del papel de la mujer en nuestra sociedad y su despertar: "Se nos han caído todas las mentiras de leche y ahora sonreímos con las encías", para ampliar el horizonte hasta donde "la finita Europa acabe" en una reflexión sobre qué nos queda después de la fragilidad del estado del bienestar. Regresó a un punto más intimista, o "intensito" como le gusta describirse a sí misma, en un ejercicio de poesía sostenible en el que el protagonista pasa de ser quien utiliza al otro a convertirse en recurso poético. A continuación invocó el genio de La Mala Rodríguez para describir cómo a veces "le viene la ira a la boca" y no es fácil gestionar toda esa amalgama de sensaciones. En penúltimo lugar, levitó como una proyección astral sobre la escena del crimen de su propio yo, que podría convertirse en mejor persona, según la óptica, pero como dice: "últimamente como poco y me estoy quedando en los besos". Para terminar este primer acto, dejó el escenario entregándonos la razón: "yo no la quiero. Se me atasca en el sombrero", y este mismo se convirtió en contenedor de oportunidades con los nombres de los 12 participantes de la noche, sometidos a sorteo:
Con el número 1 tuvimos que meter en el terreno de juego desde la puerta a Fran González, que rápidamente supo entrar en el partido para susurrarnos versos como: "Me hubiera bastado con ser y no estar para amarte".
En segundo lugar, se incorporó a la slamilia, Emilia. La gala hizo ídem de un elegante acento con el que esbozó en el aire el retrato de algo tan íntimo y a la vez tan universal como el recuerdo de un ser querido que ya no está.
Como una bocanada de aire fresco y antes muerta que sin silla, apareció sobre nuestras tablas Brisa, animándonos a accionarnos hasta la cima.
TAMB encarnó dos cuerpos en uno nombrando a Julio León, nuestro vigente campeón, en la diáspora, al que echa de menos. Su texto versó sobre las mujeres invisibles, las del pueblo, las que cuidan, pero... ¿quién las cuida a ellas?.
Dando color internacional a la velada, contamos con Camila, una participante de la bella Italia, que nos regaló en su idioma unas sonoras líneas dedicadas a un amor inmenso y al reconocimiento de dos almas que se encuentran.
La casualidad quiso que la sucediera Elena, con un poema inspirado en su etapa en un pueblo del mismo país, en el que vivió muy intensamente justo antes de caer en el hastío de esa abundancia. Nos relató cómo decidió recogerse al ascetismo representado en "unas patatas en la brasa, un poquito de carne y una copita de vino".
Llegados al ecuador del concurso, cambiaron de mano las pizarras y los nuevos jueces valoraron a una voz conocida por nuestro slam: Leo Melodía. Ésta calentó motores explicando que, para ella, el concurso es "un gimnasio del ego y la vergüenza". Siempre reivindicativa en sus apariciones, puso esta vez el foco en "El hoy", sobre la adicción a las nuevas tecnologías y cómo la posverdad, la desinformación, el ritmo de vida, crean la ansiedad que acaba siendo "un chicle que se pega al estómago".
Para envidia de Brisa, Atticus fue quien ocupó la escena desde un taburete para enunciar un alegato en favor de esa "caja ¿tonta?" que tanto nos sorprende, digno del mejor Mr. Finch.
El número 9, como 9 son nuestras temporadas, recayó sobre Cristina -la artista anteriormente conocida como Cris Ryu- ,distintivo de calidad del slam culipardo, con un "Homenaje a todos los valientes", para gusto de los asistentes.
En la recta final debutó Aranda, fluyendo como pez fuera de la pecera, para abrir el "Cisma de nosotros", porque "hay personas que no saben sentir bien y acaban haciendo daño a otros".
Susanna fue la penúltima participante. Sobria en su intervenció, pero con desgarradoras palabras, explicó la rabia que se produce por la falta de aceptación de nuevas realidades en tu propia familia, y es que "a veces la sangre ata más de lo que debería".
Para cerrar ronda, llegó LST, algo extenso en tiempo narrando el conformismo de lo cotidiano y la rebelión contra ello; se disculpó culminando con un "y ya te dejo de dar la brasa".
De este baremo inicial resultaron finalistas Cristina, TAMB y Susanna, que se batirían el cobre tras la segunda actuación de la invitada.
Esta vez la Indira dejó otros 5 poemas que hablaron sobre el poder de decisión ante la maternidad, la fuerza de la simplicidad, la necesidad de la abdicación para un pueblo que se marchita bajo la monarquía, la reivindicación del "cocinar lento" en un sentido vital y, finalmente, se construyó como un árbol vivo y salvaje que se acepta con sus ramas y su follaje.
Y llegó entonces otra de las novedades del slam culipardo: el sorteo. De entre todos los asistentes se eligió un número al azar que recayó sobre la papeleta de Emilia, nuestra también participante, para recibir la deseada camiseta del slam.
Emplazamiento publicitario: aprovechamos para mencionar que los gastos de logística (invitados especiales, pizarras, tizas, mano de obra "en B", etc), los sufragamos de vuestras "aportaciones 😉😉" y del merchandaisinn (camisetas); y bueno, un arrimoncillo de la Tetería Pachamama y de La Maison del Té, café y cacao...
Y ahora, la final:
De la mano inocente de nuestro más joven seguidor, llegó el turno de TAMB, quien describió las secuelas de una enfermedad muy común en el siglo XXI: la depresión. La siguió Susana, sobre el sentimiento de soledad y abandono en un punto de inflexión de su vida. Por último Cristina expuso la superación de una ruptura y todos sus recuerdos con frases como: "¿Cómo se consuela el silencio entre 2 personas que se juraron ser refugio?". La máxima puntuación de las pizarras fue de nuevo para Cristina, que se erigió como vencedora de esta primera edición, recibiendo el premio de nuestro nuevo patrocinador: La Maison del té de Ciudad Real. Esperamos que disfrute de su lote mientras escribe nuevos poemas que regalarnos, como el de cortesía: "12 pulsos".
Latidos también salieron de nuestros corazones, renovando sensaciones un año más en este espacio para la poesía en una ciudad que está más viva de lo que muchas ánimas puedan pensar. Cierto que muchos no lo considerarán poesía, pero esto es mucho más. Como resumían las palabras de uno de nuestros ilustres miembros: "El slam es venir y olerse el culo". Nosotros seguiremos publicando estos resúmenes, pero al menos deberías asomar la nariz. ¿Trato (sin truco)?
¡Hasta que nos olamos en la próxima edición, como siempre, el último miércoles de cada mes!
1, 2, 3... SLAM!!!
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