CRÓNICA FEBRERO 2020 -Slam Poetry Ciudad Real-
«Lo que niegas, te somete. Lo que aceptas, te transforma».
El Slam como metamorfosis: el cimiento quiebra en la pluma. La pluma torna en micrófono. Y desde ahí... se alza la mariposa. Esta es la enorme fuerza que un simple escenario puede contener. Quebrar, proyectar, sanar, brillar. A esa catarsis transformadora acuden cada mes participantes e invitados. En el caso de febrero, fue la ocasión de Miguel Grimaldo.
Como polillas que se arremolinan ante la luz, presenciamos su espectáculo piromusical donde disparaba colores, bases rítmicas y rimas urbanas, en lo que él mismo definió como "hacer ruido". Nuestro hombre orquesta psicodélico alternaba instrumentos y artilugios electrónicos con el micro, descansando únicamente para dar un sorbo a su cerveza, porque "todo fluye como la Voldamm". Así fue fluyendo entre los distintos temas de la primera parte de su concierto, "rajando su cuerpo para ver lo que queda dentro", como anunciaba nuestro cartel, ya que "todas las murallas tienen agujero". Y tras esta primera parte, cedió el micrófono al concurso.
Ante una audiencia especialmente señalada que contaba con asociaciones, artistas y motores culturales de la ciudad, nuestras pequeñas orugas poéticas trataron de desplegar sus alas:
En primer lugar, nuestra hada Maricruces revoloteó en torno al "Privilegio de escribir", dando voz a mujeres con discapacidad.
Tras ella, la revelación de la temporada, Joaquín Muñoz, versaba sobre el recuerdo de una historia de amor: "No haré caso a las olas cuando rompan en las rocas, empujándome al olvido". Sin embargo, no estaba triste: "respiro, respiro el mar salado".
En tercera posición, el maillot de la regularidad, Elena Mora, se preguntaba: "¿Por qué intentas conquistar cada parte de mí, si aún desconozco mis fronteras", contra adultos que agreden a niñas.
En vuelo directo desde Valdepeñas, IO-In declamaba sobre su alfombra mágica su "Mundo leal", porque poco tiene de ideal "beber un Paladín a la taza mientras la guerra en Gaza no llega a su fin".
La quinta participante fue Klaus, que volvía tras mucho tiempo ausente, pero "¿Cómo huir cuando todas las puertas están cerradas?".
Tras la ausencia de Scarpussy, tomó el relevo Eduardo, nuestro particular Woody Allen, que sólo ve allá donde mira "miopía y caos".
También faltó Irene, sustituida por Elehache Socio, todo Ritmo, Amor y Poesía, dándonos la clave: "la vida aprende a volar al compartir".
Repescado con retraso de la bandeja de sorteo, apareció breve pero intenso Bilal, porque: "La vida es muy corta, pero aprendemos a salir de manera suave".
Como espuria fue también la primera ronda, que se cerró con estos 8 participantes. Llevamos a cabo el ansiado sorteo de un mes de aprovechamiento de una parcela de 60m² en Las Huertas, y volvió a salir a escena nuestro invitado.
A pesar de que su mamá le dijo: "<<Ten cuidado>>. Con esa boca no se va a ningún lado", Grimaldo siguió trabajando el escenario "sacando el dedo corazón al miedo". Ésa es la actitud que todo slammer debería tener, como también tiene "una oportunidad que desperdiciar" ¡Y a por ella fueron nuestros finalistas!
Las mejores puntuaciones fueron para: Eduardo y Elena Mora. El primero divagó certeramente sobre la incertidumbre. Por contra, Elena nos mostró su fuego purificador declarándose: en incendio. Ambos obtuvieron notas muy altas produciendo empate. Aplicando el reglamento, la mejor puntuación de Eduardo en la ronda anterior le dio la victoria y el lote de productos cedido por La Maison de té, café.
A petición popular, ensalzó la figura del payaso en un manifiesto que reconoce su papel en la historia por encima incluso de emperadores.
Así finalizamos una vez más la edición mensual de este festival de transformación que es el Slam, volviendo a forma de crisálida hasta la próxima convocatoria. Esperamos que todos los asistentes se fueran renovados por dentro y por fuera, y que parte de ello os llegue a través de esta crónica.
En marzo, nuestros poetas volverán con los bolsillos llenos de pluma y micrófono que entregar. Como decía Lao Tsé:
«El mejor regalo que podemos ofrecerle al mundo, es nuestra propia transformación».
P.D: para dudas, sugerencias e inscripciones, recordad el mail:
slampoetrycr@gmail.com
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